El Cigala: Cantaor gitano de ritmos latinoamericanos
Desde Paco de Lucía, España nunca había vuelto a estar tan cerca del Nuevo Mundo como ahora. Sin duda, la incursión del cantaor ‘Diego’ Ramón Jiménez Salazar, más conocido como 'El Cigala' por tierras latinoamericanas, tiene que ver con el camino recorrido y allanado por Paco, quien durante las últimas tres décadas del siglo XX abrió el mundo del flamenco hacia distintos géneros musicales, innovándolo, introduciendo nuevos sonidos e instrumentos (entre ellos el cajón peruano) y realizando colaboraciones musicales memorables con diferentes artistas de la escena latina.
Pues Diego 'El Cigala', denominado por la crítica especializada, sucesor del 'Camarón de la Isla' (José Monge Cruz) a penas lleva algo más de diez años por suelo latino, pero desde su oficio de cantaor ha sabido recoger lo mejor del folklore de este lado del continente, con álbumes como Lágrimas negras (2003), Dos Lágrimas (2008), Cigala y Tango (2010) y Romance de la luna tucumana (2013), todas producciones que lo han acercado al ideario popular latinoamericano, reinventando una y mil veces el flamenco, situación que le ha procurado cierto encono entre la facción más purista del género musical español.
El primer acercamiento del madrileño con los géneros musicales latinoamericanos se produce a partir de que 'El Cigala' oye a Bebo Valdés interpretar junto a su compatriota el también cubano Cachao la canción Lágrimas Negras mientras se realizaba el proceso de montaje de la película Calle 54 dirigida por Fernando Trueba. Cuenta el propio Diego, que ante la imagen de los cubanos ejecutado el piano y el contrabajo entra en fase de trance y dice que necesita conocer a ese hombre y tocar con él. Así, anticipando el éxito de Lágrimas Negras, graban juntos una colaboración inicial para el disco Corren Tiempos de Alegría (2001), con el tema, Amar y vivir de Consuelo Velásquez, sin anticipar lo que se venía.
Lágrimas Negras, marca un antes y un después en la vida musical del cantaor de la melena larga y ensortijada, el álbum de estudio producido por Fernando Trueba se convierte en un suceso mundial, logrando vender más de un millón de copias en todo el mundo, devolviéndole a Bebo el lugar que siempre debió tener en la música latina y otorgándole al Cigala credibilidad más allá de las fronteras del escenario musical ibérico.
La dupla pianista/cantaor, con una diferencia de 50 años de edad entre ambos, logra emocionarnos hasta los huesos con interpretaciones poderosas como viscerales, tal es el caso del homenaje a Bola de Nieve con Vete de mí o la más melódica y flamenca versión del bolero de autoría de Dannenberg, inmortalizado por Antonio Machín: Corazón Loco.
Denominado el “Álbum del año 2003” por el New York Times, Lágrimas Negras logra hacerse de un Grammy Latino como “Mejor Álbum Tradicional Tropical”, con una conjunción de 9 temas que son clásicos de la canción latinoamericana, como: Inolvidable, Veinte años, Lágrimas Negras, Corazón loco, Vete de mí y Se me olvidó que te olvidé, todas contribuciones cubanas y fuera de las Antillas está el tango Nieblas del riachuelo, la copla La Bien Pagá y un poco de bossa nova con Eu sei que vou te amar.
Buscando repetir la fórmula de Lágrimas Negras, hacia el 2008, 'El Cigala' editó su sexto álbum de estudio: Dos Lágrimas, esta vez y gracias a la experiencia adquirida, se rodeó de expertos en la materia, consiguiendo reunir un staff de músicos cubanos y españoles entre los que resalta el pianista catalán Jaime Calabuch 'Jumitus' quien desde la fecha se convertiría en su acompañante en largas jordanas musicales sobre los escenarios.
Del disco destacan: los boleros Dos Gardenias a ritmo de guaguancó, Compromiso, Bravo (Cuba), Historia de un amor (Panamá) y Te extraño (México); así como la copla María de la O y la sorpresa del disco: una versión bastante universal del Carusso de Lucio Dalla, interpretada por un cantaor flamenco, al ritmo de tango, con pianista catalán, contrabajo cubano y bandoneón francés, obviamente traducido al español.
Ya con 'Jumitus' al mando del piano, el madrileño más afiatado en los ritmos latinos, interpreta el bolero Te extraño de Armando Manzanero, con la solemnidad de un sufrimiento que llena todos los espacios, que arranca el aire.
Y en cuanto a tango se refiere, se podría decir que, en Cigala y Tango (2010) la química es natural e inmediata. Así de intenso es el dolor de un tango de arrabal, como lo es el desgarro de la voz en un cante de flamenco; esto sin hablar de las similitudes en la profundidad del verso, en la lírica. Allí 'El Cigala' parece sentirse más libre, cantando desde el dolor, un dolor que aunque no es gitano, es atribuible a todos los seres humanos y desde lo genérico de su llanto, nos llega sin excepción.
A Diego no le da miedo transitar por el repertorio de Astor Piazzola, Carlos Gardel o Atahualpa Yupanqui; en este viaje por la elegía en el Río de la Plata, se abre camino con la fuerza de su voz que es todo sentimiento, para hablarnos en el primer tema y de manera tal vez premeditada, de alguien con las mismas características interpretativas que él. Garganta con arena, primera canción del disco y tema de la autoría de Cacho Castaña, es una canción dedicada a la memoria del eterno Roberto 'Polaco' Goyeneche, cantante popular argentino cuya especialidad era conmover al público tanguero, con cada interpretación.
En este disco, aunque el bandoneón sigue jugando el rol fundamental, como sonido completamente afincado al género musical, además del piano y el contrabajo; la presencia de la guitarra nos dice que seguimos cerca al flamenco, que el ritmo ibérico sigue siendo la raíz de todo y entonces el cajón también se deja oír, en un combinación sabrosa que no está asociada al tango, pero siendo 'El Cigala' el que interpreta, guarda absoluta coherencia. Éxitos como El día que me quieras, en arreglos de vals criollo con toques de flamenco, Nostalgia como un cante flamenco o Tomo y obligo en una versión bastante más pura del tango, integran también el disco.
Una joya de Cigala y Tango es la versión particular de Youkali, un tango habanera instrumental de la autoría de Kurt Weill y perteneciente a la música de la obra teatral “María Galante”, novela de Jacques Deval adaptada al teatro en 1934 y posteriormente llevada al cine. Aunque en un inicio fuera instrumental, en 1935 Roger Fernay le añade letra y así es recogida por el cantaor, en una versión que incluye los arreglos musicales del Libertango de Piazzola desarrollados por el violonchelista Yo Yo Ma, quien también ejecutó en alguna ocasión la melodía, en un solo de violín de Pablo Agri, que nos deja extasiados.

Y como si fuera poco, Diego enamorado de la música argentina y sintiéndose un poco culpable por no haber podido incluir todos los temas que hubiese querido en Cigala y Tango, repite plato en el 2013 con Romance de la luna tucumana, un disco de once canciones, entre las que se incluyen clásicos como Canción de las simples cosas, Naranjo en flor y Los mareados que sigue desfilando dentro del corazón del tango.
El álbum, como es costumbre en el español, funde otros géneros musicales, otorgándole al disco, la universalidad de cada producto que fuera del flamenco, ha producido el cantaor. Diego, va más allá y suma la guitarra eléctrica a esta visión ecléctica que posee de la música, del tango y la milonga. Embebido del vibrato que produce la guitarra eléctrica de su tocayo Diego García en Milonga de Martín Fierro, 'El Cigala' se siente más cómodo que nunca, desafiando los estándares musicales, esta vez en una versión menos ortodoxa del tango y la milonga. Mención honrosa para el tango Por una cabeza interpretado a dúo con la diosa Adriana “La gata” Varela.
'El Cigala' que no puede estar tranquilo nunca, a pesar que recién el año pasado lanzó nuevo disco Vuelve el flamenco (2014), está de gira por su segundo hogar, Latinoamérica (en el 2013 se nacionalizó Dominicano), con un nuevo formato.
"Cigala & Piano", nos trae a Diego y a 'Jumitus' (Jaime Calabuch), juntos y revueltos, solos sobre el escenario, en un entrega bastante íntima de lo mejor del repertorio latino de Diego, aportando incluso toque de balada pop, como la grabación de Vida loca del cubano Francisco Céspedes, Te quiero Te quiero de Augusto Algueró, que llevara a la fama el también español Nino Bravo y Cóncavo y Convexo de Roberto Carlos.

Jaime Calabuch 'Jumitus' es co- protagonista del espectáculo, el gitano nacido en Barcelona con vasto conocimiento del Cigala como materia académica, aprueba con honores el examen musical, acompañando cada quiebre de voz, cada suspiro, cada arrebato vocal, con la melódica sutileza del arte que brota de sus dedos cuando es necesario y con vitalidad y pasión que enerva y nubla la mente, cuando el madrileño así lo requiere, en un show en el que la complicidad es el vehículo perfecto para llegar a lo más profundo de la naturaleza humana.
Ramón Jiménez Salazar, bautizado entre la familia como 'Diego' y por el medio artístico como 'El Cigala', continúa siendo el intérprete osado que busca poner su sello en todo lo que ve y toca. Poseedor de la magia necesaria para salir triunfante de cada batalla, se da maña para calar en lo más profundo del alma latinoamericana, desde sus raíces gitanas, tendiendo puentes a partir de las emociones, que decantan en los géneros musicales y la exteriorización de su alegría o su quebranto.
Y aunque algo hemos espiado de su setlist, en este post les dejamos cinco de los temas que creemos se entonarán en la mayoría de sus conciertos a lo largo de su gira Latinoamericana, tres de ellos, clásicos interpretados por la dupla Valdés/Cigala, y dos con la dupla a cargo de la gira musical Cigala/Jumitus.
Disfruten y que la voz del gitano os estremezca el alma. Olé!